martes, 27 de octubre de 2009

¿A dónde viaja el asombro?

De la infancia se guardan muchos recuerdos, como de un maravilloso viaje, veloz y lejano. Basta un tenue aroma, una canción conocida, una imagen que se repite y ese viaje vuelve a la memoria ocupando los pensamientos durante un rato.

Piero, el cantante argentino, y los recuerdos que su sinfonía inconclusa del mar me traen a la memoria, son la mejor excusa para resguardarme en mi propia "edad de los porques" y detenerme a pensar en el rostro incredúlo de los pequeños frente a situaciones típicas de un día cualquiera: el humo que se asoma en un vaso cuando se vierte agua caliente, el color que deja el frotar entre las manos un pétalo de flor.

Cuando se habita la infancia el mundo se presenta como permanente inquietud y todo lo que sucede es un evento mágico, pero a medida que los años pasan las preguntas disminuyen, la sorpresa también....

¿Realmente son los años aquello que separa a los adultos de los pequeños?
No. La diferencia se basa en que Los niños estan despiertos, habitan con el asombro. Por eso hay preguntas y con cada una de ellas la posibilidad de aventurarse en la experimentación, en la búsqueda de respuestas.

Desconozco a dónde viaja el asombro con el paso de los días pero afortunadamente los niños se renuevan y de esta manera los porqué vuelven a ocupar su lugar en el tiempo, sacándonos de la comodidad de vez en vez, permitiéndonos jugar a ser científicos y a encontrar soluciones a algunas de las más sencillas y geniales inquietudes.

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