martes, 15 de junio de 2010

Se declara muerte a El pensador

Todos decían que indiscutiblemente yacía pétreo desde esa tarde de 1904 en que apareció en público por primera vez. Nadie, a pesar de su apariencia, se atrevió a incomodarlo con preguntas sosas y mucho menos a interrumpir sus profundas reflexiones. El paso del tiempo hizo lo suyo, el aire seco de la ciudad indiferente fue salpicando su cuerpo de manchas rojas como una de esas enfermedades que la humanidad ha eliminado: sarampión o viruela; después la lluvia de azufre se encargó de cubrirlo de verde y lentamente lo fue abandonando en la selva de asfalto, en la ciudad de la furia, en la mitad de la Plaza.

¡El pensador ha muerto! Como no lo hubiese predicho Rodin como no lo hubiese esperado ningún hombre de la antigua Grecia.

Hace unas semanas leí la noticia sobre el cierre de la facultad de Filosofía en una destacada universidad. Hoy, pasados varios días, llenos de lecturas, buenas películas y grandes interrogantes, la noticia retornó a mi memoria y caí en cuenta de lo aterradora de esta información. Que las facultades de filosofía se cierren implica que los pensadores no existen, que el mundo de Huxley y Bradbury juntos son realidades tangibles, que ésta edad del mundo ya no es más el momento para hacer Filosofía (del latín philosophĭa, 'amor por la sabiduría'), tal vez porque el amor ya no es posible en medio de tanto asfalto, soledad y dinamita, o porque ahora, alcanzar la sabiduría es cuestión imposible en medio de la tecnología portátil, la comunicación virtual y el exceso de ocupaciones que no dan lugar a la reflexión, los pensamientos ni la memoria.

                        ¡El pensador ya no tiene cabida!


Pasa en latinoamérica (click aquí)

1 comentario: